El Museo paleontológico Egidio Feruglio (MEF) es un centro de exposición e investigación específica, un museo de historia natural ubicado en la ciudad de Trelew, en la provincia del Chubut, en Argentina. En él se exponen especímenes de la flora y la fauna fósiles de la Patagonia. Su superficie de exposición es de 600 metros cuadrados.

El MEF es una de las más importantes instituciones científicas de Argentina, y un indiscutido referente internacional en paleontología, tanto por los descubrimientos e investigaciones como por las muestras que se presentan. La institución cuenta con un grupo de científicos y técnicos especializados en las diferentes áreas paleontológicas, que generan constantes descubrimientos, aportando nuevos conocimientos sobre la evolución de la vida.

El museo lleva el nombre del naturalistageólogo, y docente italiano Egidio Feruglio, quién realizó importantes estudios e investigaciones en la región patagónica.1

Su recorrido comienza en la vida de los hombres en la cueva de las Manos (en la provincia de Santa Cruz) y finaliza en el big bang y el origen del universo.

El museo abrió sus puertas el 28 de diciembre de 1990 en una antigua mueblería de solo unos 700 metros cuadrados de superficie, sobre la calle 9 de julio. En ella trabajaban sólo tres personas: el director, un técnico paleontológico y un empleado administrativo. Luego, se decidió ampliar el edificio.

Con tales objetivos en la mira, y para buscar y administrar los recursos que los posibilitaran, es como nace, en 1990, la Fundación Egidio Feruglio. La Fundación, junto al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Municipalidad de Trelew, constituyen el soporte institucional del MEF, una organización con gerenciamiento no gubernamental. Poco después, el Organismo Provincial de Turismo declara de Interés Turístico Provincial al nuevo museo y se firma un acuerdo autorizando al MEF a desarrollar actividades de prospección, extracción, recuperación y puesta en valor turístico del patrimonio paleontológico de la Provincia de Chubut.

A través de estos y otros proyectos, llegan a trabajar al Museo personalidades destacadas en el mundo de la Paleontología. Los esfuerzos rinden sus frutos: en 1994, el MEF organiza su primera conferencia internacional: el VI Congreso Internacional de Paleontología y Bioestratigrafía y, simultáneamente, dos seminarios internacionales: Paleobiología de Plantas Fósiles y Dinosaurios de Gondwana. Este evento congregó a más de 250 investigadores de 19 países.

Para 1997, comenzó el cambio en el museo. El 25 de junio de 1999, el MEF abrió sus puertas en su nueva y definitiva sede. Desarrollada por arquitectos de la Municipalidad de Trelew y con el asesoramiento del MEF, la obra (de 3000 metros cuadrados) se erige como una de los proyectos museísticos más importantes del país en los últimos 50 años. Poco después, el Ministerio de Educación de la Nación declaró de Interés Educativo al Museo y sus programas.

En el 2000, fue designado de Interés Cultural por la Municipalidad de Trelew, y de Interés Educativo por distintas ciudades del interior del país. Ese mismo año, en el antiguo edificio comenzó a utilzarse como Centro Cultural de la ciudad.2

En 2012, el museo fue homenajeado con una parte del nombre de la especie tipo del Eoabelisaurus (Eoabelisaurus mefi). Uno de sus descubridores, Diego Pol, es paleontólogo del museo.3

El 16 de mayo de 2014 fue presentado un nuevo titanosaurio, que sería el animal terrestre más grande de la historia de la Tierra.​ El 29 de junio, el intendente de Trelew anunció la puesta en marcha de un programa llamado «Una casita para el dinosaurio» que tendrá alcance nacional y el objetivo de ampliar el edificio del museo para colocar la réplica del titanosaurio.

 

fuente de inormacion: https://es.wikipedia.org/wiki/Museo_paleontol%C3%B3gico_Egidio_Feruglio

 

Piedra Parada es una pequeño paraje al noroeste de la provincia del Chubut, dentro del Departamento Languiñeo. Se encuentra a orillas del río Chubut, a 763 metros sobre el nivel del mar, cercana a la Ruta Provincial 12 y a 40 km de GualjainaEl nombre de la localidad, proviene de una formación rocosa a la vera del río Chubut, que mide 285 m de alto por 100 de ancho.2​ Desde 2006, es un Área natural Protegida de la provincia del Chubut, con un área protegida de 132 ha. La Piedra Parada fue escalada por primera vez en 1993 por los montañistas argentinos Damián Benegas y Pablo De La Fuente. 3​ Posteriormente se sumaron varios ascensos, hasta convertirse en sede del reconocido Petzl RockTrip en 2012.

Durante parte del Paleógeno (entre los 65 y 35 millones de años), las placas de la corteza en el extremo sur de América del Sur tuvieron un comportamiento sustancialmente distinto al que mantuvieron en los períodos anterior y posterior (Cretácico y Neógeno respectivamente). La caldera de Piedra Parada, ubicada en el sector central de la provincia del Chubut y cruzada por el río homónimo, pertenece a un gigantesco volcán, magnífico exponente de los acontecimientos geológicos acaecidos durante dicho intervalo en estas latitudes. La ruta provincial 12 la atraviesa y en ese recorrido el colorido paisaje ofrece un brusco cambio. Entre rocas blanquecinas y rojizas prolijamente apiladas en capas y rocas blanquecinas blandas y masivas, irrumpen columnas de rocas oscuras que hacia arriba adoptan la forma de hongos o paraguas. Estas rocas señalan el inicio de la actividad volcánica de intraplaca, en cuyo transcurso se desarrolló esta caldera, de unos 25 kilómetros de diámetro y con numerosos centros eruptivos menores. Los extensos afloramientos del complejo volcánico presentan gran variedad de tipos litológicos, íntimamente ligados en el tiempo y el espacio, lo que convierte al área en un sitio privilegiado para el estudio de los procesos que dieron lugar a la génesis y evolución de estos grandes volcanes.

 

Sitios de Interés Geológico de la República Argentina. CSIGA (Ed.) Instituto de Geología y Recursos Minerales. Servicio Geológico Minero Argentino, Anales 46, II, 461 págs., Buenos Aires. 2008.

Fil: Aragón, Eugenio. Centro de Investigaciones Geológicas, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata; Argentina.

Fil: Cavarozzi, Claudia. Centro de Investigaciones Geológicas, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata; Argentina.

Fil: Ribot, Alejandro. Centro de Investigaciones Geológicas, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata; Argentina.

Fil: Aguilera, Yolanda. Dirección de Aplicación de Imágenes Satelitarias, Ministerio de Obras y Servicios Públicos; Argentina.

Fil: Ubaldón, María Cecilia. Servicio Geológico Minero Argentino, Delegación Comodoro Rivadavia; Argentina.

HISTORIA DEL VALLE DE "LOS ALTARES"

 Los primeros habitantes de la Patagonia fueron los chonik como se llamaban a sí mismos los tehuelches, y que significa "nosotros los hombres". La población nativa de la provincia de Chubut, en una época muy numerosa, pertenecía al grupo tehuelche, conformado por hombres y mujeres vigorosos, adaptados al riguroso clima patagónico, Los navegantes de la expedición de Magallanes los llamaron "patagones" por las enormes huellas que dejaban sus pies envueltos en cueros de guanaco. De esa denominación derivó el nombre actual de toda la región. Los tehuelches eran nómades y basaban su economía en la recolección de frutos y en la caza de guanacos y ñandúes, A fines del siglo XVIII, los hábitos de vida de estos aborígenes se vieron alterados por la llegada desde Chile de los araucanos, indios belicosos que huían de los colonizadores hispánicos. Los araucanos invadieron los dominios de los tehuelches y pelearon con ellos durante más de un Siglo. Finalmente, y debido en parte a su débil estructura social, los tehuelches se sometieron a los araucanos, después de ser casi aniquilados en batallas muy cruentas. Los sobrevivientes, en su mayoría mujeres y niños acabaron por mezclarse con el pueblo invasor.

La primera incursión del hombre blanco en tierras chubutenses se registró en el ano 1535 con la llegada del portugués Simón de AlcazabaL navegante al servicio de la corona española, quien en una expedición se adentró en el territorio hasta descubrir los cauces de los ríos Chubut y Chico.

En la segunda mitad del siglo XIX, comenzó a tener importancia el ganado ovino para abastecer la cada vez mayor producción textil europea, y el ganado vacuno dada la aparición de los barcos frigoríficos que podían trasladar dicha carne hacia diferentes puntos del mundo con cierto grado de eficiencia. De esta manera, surgió como prioritaria, la necesidad de acopiar el mayor número de hectáreas posibles, para así también hacer desaparecer las fronteras internas de un país que ya se había dado su Constitución en 1.853.

En la presidencia de Nicolás Avellaneda (1874-1880), el llamado problema del indio comenzó a finiquitarse. Su primer ministro de Guerra Adolfo Alsina, inició su plan de avanzar la línea de frontera tomando y asentando fuertes y fortines en los lugares claves, a partir de los cuales se levantarían poblaciones. Esta nueva línea de fronteras se comunicaría con Buenos Aires mediante el telégrafo y estaría ayudada en su defensa por un gran foso de dos metros de profundidad para dificultar los malones, particularmente el arrío de ganado hacia sus bases. Entre 1876-1877 quedó establecida una nueva frontera con nuevos fuertes erigidos en Trenque Lauquen, Guaminí, Carhué y Puán.

Para el joven general Julio Argentino Roca esta política para con el indio no le parecía adecuada. Su proposición consistía en localizar a los aborígenes en sus tolderías e iniciar una guerra ofensiva continuada y sistemática. A fines de 1877 moría Alsina y Roca ocupaba su puesto, poniendo en marcha en su plan. Una primera campaña se llevó a cabo en 1878 y la segunda al año siguiente.

En Julio de 1879 todo había terminado. Muchos aborígenes lograron huir hacia la Patagonia, y otros tantos lograron cruzarla. 14000 aborígenes fueron capturados, trasladándolos a la fundación de alejadas colonias, incorporándolos a la Marina de guerra, tomándolos como sirvientes, destinándolos como trabajadores forzados a la Isla Martín García, a donde fueron a parar unos 800 ranqueles para picar adoquines para las calles de Buenos Aires. Por cierto, nada sabemos de la cantidad de indios que murieron en combate, fusilados, o muertos de hambre, o por alguna enfermedad mortal ( cólera, fiebre amarilla o viruela).

Los pocos que sobrevivieron, iniciaron una etapa nada feliz: la marginación. Y con ella comenzó no sólo su desaparición física, sino también su desaparición cultural.”

Resumen extraído de http://www.oni.escuelas.edu.ar/2002/buenos_aires/ultimo-malon/campania.htm

Desde los comienzos de la conquista, muchas expediciones provenientes de España recorrieron el territorio; sin embargo, la colonización definitiva del extremo austral argentino se concretó a partir de la llegada de la inmigración galesa, el 28 de julio de 1865.

Mirando hacia atrás, el primero que cuenta su paso por Los Altares, es un científico suizo, allá  por 1865, quien habla de la formación estratificada de esas terrazas aluvionales.

Según una ley promulgada el 16 de octubre de 1884, se organizaron los territorios patagónicos, y se creó, entre otras, la gobernación del Chubut. El primer gobernador fue el teniente coronel Luis Jorge Fontana.

IMAGENES DEL VALLE DE LOS ALTARES (TRES GALERIAS)